La diversidad se centra y celebra las diferencias entre las personas, por ejemplo de género, procedencia, edad o forma de pensar.
La equidad se refiere a prácticas y políticas justas y equitativas que garantizan que todos los profesionales puedan prosperar. Sin embargo, es diferente de la igualdad, ya que implica tratar a todos como si sus experiencias fueran las mismas.
La inclusión es el acto de acoger la diversidad, creando un entorno en el que todos puedan prosperar y tener éxito.