¿Deben cubrir los empresarios el coste del trabajo?

Estamos asistiendo a un cambio hacia plantillas más digitales y físicamente dispares, impulsado "en masa" por la pandemia del coronavirus, pero que continúa a medida que la escasez crónica de talento obliga a las organizaciones a emprender una búsqueda verdaderamente global de competencias.

Y, sin embargo, muchas organizaciones piden que los trabajadores vuelvan a la oficina:

• Los datos de nuestra Guía Salarial muestran que, en la actualidad, el 43% de los empleados trabajan plenamente en el lugar de trabajo. Casi una cuarta parte de los empresarios cree que los empleados deberían que estar en el lugar de trabajo "más a menudo".
• En Estados Unidos, el 50% de los directivos afirmó que su empresa tiene previsto establecer requisitos para que sus empleadores vuelvan al trabajo en persona en 2024.
• El 64% de los directores generales de todo el mundo anticipa una vuelta completa a la oficina para 2026.

Aunque cada vez es menos probable que el péndulo se incline a favor del trabajo totalmente a distancia o totalmente en la oficina, a muchos empleados se les pide que trabajen desde la oficina con más frecuencia. Pero para algunos, el tiempo y los recursos que disponen para acudir a la oficina están provocando tensiones.

En una encuesta realizada a casi 13.000 personas, el 76% afirmó que los empresarios deberían cubrir los gastos del trabajo. Los gastos van desde el cuidado de niños o mascotas hasta los gastos de desplazamiento y alimentación. Algunos también asocian el coste "emocional" de estar lejos de casa.

Pero, ¿Es ésta una expectativa razonable para los empresarios? 

Argumentar la cobertura del coste del trabajo

Con la escasez de talento, cubrir el coste del trabajo podría convertirse en un elemento diferenciador clave en un mercado competitivo.

Más gente que nunca es plenamente consciente de los costes asociados a acudir a la oficina: se cree que los trabajadores estadounidenses gastaban entre 2.000 y 5.000 dólares en transporte al trabajo cada año antes del inicio de la pandemia. Una vez que se les ha mostrado una alternativa (una que no incluye los elevados gastos de transporte y guardería), muchos empleados se muestran reacios a absorber de nuevo estos costes sin rechistar.

A medida que las plantillas se mezclan cada vez más, con trabajadores eventuales que operan junto a empleados a tiempo completo, crece la conciencia de que esto no es la norma en todas partes, para todos. Muchos contratistas, por ejemplo, pueden reclamar el reembolso de los gastos de viaje, en lugar de otras "ventajas" de las que se benefician los empleados fijos.

Cubrir el coste del trabajo también puede beneficiar a las empresas. En un momento en el que las organizaciones se enfrentan a elevadas tasas de desvinculación y bajos niveles de productividad, la eliminación de las barreras económicas podría animar a la gente a volver a la oficina por las razones adecuadas: conexión, pensamiento colaborativo y una cultura más sólida.

¿Cubrir los costes es ir demasiado lejos para las empresas?

En los últimos años, las empresas han asumido un papel más activo en el bienestar financiero, emocional y mental de sus empleados, por lo que cada vez les resulta más difícil poner límites. Sin embargo, ante la inestabilidad económica actual, el control de los costes se ha convertido en una prioridad fundamental para los directores generales de cara al año que viene.

Muchos de los que respondieron a nuestra encuesta consideraban que cubrir el coste del trabajo formaba parte del empleo. Si los empleados tienen la opción de trabajar desde casa o desde la oficina, deben asumir las consecuencias de su decisión. Por ejemplo, si un empleado elige trabajar desde casa, debe pagar sus propios gastos de internet, teléfono y oficina en casa. Si un empleado elige trabajar desde la oficina, debe pagar sus propios gastos de desplazamiento, guardería y ropa.

También hay una cuestión clave en torno a la equidad. Si los trabajadores "internos" reciben una subvención para sus gastos, los trabajadores a distancia pueden sentirse en desventaja, sobre todo si la decisión de trabajar desde casa viene dictada, por ejemplo, por sus responsabilidades asistenciales.

Consejos prácticos para los empresarios

Nuestra encuesta suscitó un amplio debate en las redes sociales, añadiendo un nuevo nivel al complejo debate sobre "dónde" se hace el trabajo.

¿Cómo pueden las organizaciones equilibrar las necesidades y expectativas de sus empleados con las realidades y retos de su negocio? He aquí algunos consejos prácticos para los empresarios que no saben qué hacer:

• Revisa periódicamente tu Propuesta de Valor para el Empleado (PVE): Debates como el del "coste del trabajo" surgen a menudo sin previo aviso. Las organizaciones deben asegurarse de que los beneficios ofrecidos se ajustan siempre a las expectativas de los empleados. Para ello será necesario revisar oportunamente la EVP, e incluso la Propuesta de Valor del Contratista (CVP). Es posible que tengas que hacer algunas concesiones o ajustes en tus prioridades, como reducir el espacio de oficinas o los gastos generales, o reasignar fondos para asegurarte de que no dependes únicamente de un salario competitivo para competir por el talento.
• Anteponer la flexibilidad: gran parte del debate generado por esta encuesta se centra en si las organizaciones están obligando a volver al trabajo en la oficina. Un gran número de nuestros encuestados coincidía en que si las organizaciones estaban pidiendo a la gente acudir a la oficina cuando su trabajo podía realizarse a distancia, deberían considerar la posibilidad de cubrir el coste del trabajo. Para Bianca Stringuini, Directora Global de Diversidad, Igualdad e Inclusión de Hays, la respuesta está en priorizar la flexiblidad para garantizar que las personas puedan trabajar cómo y dónde sean más productivas. Devolviendo la decisión a los trabajadores hace más probable que se genere una solución colaborativa y no una fuente de conflicto.

De cara al futuro

El "coste del trabajo" es el último elemento que se añade al debate, cada vez más complejo, sobre dónde se realiza el trabajo, ya que las organizaciones luchan por mantener la productividad, ofrecer flexibilidad y controlar los costes.

No existe una solución milagrosa. La decisión de cubrir los costes dependerá de una combinación única de demandas específicas de talento y ambiciones organizativas, así como de la disponibilidad de recursos financieros. Recomendamos a las organizaciones que aprovechen esta oportunidad para revisar tanto su PVE como su CVP, asegurándose de que se ajustan a su propósito en un mundo laboral en constante evolución.

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